jueves, 23 de octubre de 2008

España elude separar los cultivos transgénicos de los tradicionales

Agricultura renuncia a intervenir ante el desacuerdo de los sectores afectados


El Gobierno anunció en julio de 2005 que iba a regular la coexistencia de transgénicos y cultivos convencionales con la creación de un Plan Nacional de Supervisión. Se trata con ello de evitar que la polinización transgénica contamine todos los cultivos. Pero tres años después, todavía no tiene siquiera un borrador sobre la mesa y el tema está aparcado sine die, una vez que el Ministerio de Agricultura ha comprobado la dificultad de poner de acuerdo a los sectores implicados.
Para el director general de Industria y Mercados Alimentarios, Francisco Mombiela, "conforme se profundiza en este asunto, se hace patente la dificultad de una norma de carácter básico". En su opinión, la cuestión de la coexistencia ahora "no es prioritaria". "Tenemos que debatir sobre parámetros como la seguridad alimentaria y la garantía de la biodiversidad y, en último lugar, la bondad económica".
Diez países de la UE han regulado, a diferencia de España, las medidas de coexistencia, que establecen las distancias mínimas de aislamiento que tienen que separar a un cultivo transgénico de otro convencional para reducir las posibilidades de contaminación genética y conseguir que se cumplan las normas de etiquetado de la UE. El anuncio del Gobierno en 2005, por boca de los secretarios generales de Agricultura y Alimentación, Fernando Moraleda, y de Prevención de la Contaminación y el Cambio Climático, Arturo González Aizpiri, llegaba a especificar incluso la separación mínima entre ambos cultivos (50 metros) que tendrían que observar los agricultores.
La historia de la regulación de la coexistencia viene de largo. El Gobierno de José María Aznar ya presentó una propuesta de regulación, pero fue rechazada por más de 60 asociaciones ecologistas. En la primera legislatura socialista, la entonces ministra de Agricultura, Elena Espinosa, lanzó un nuevo proyecto, que tampoco prosperó.
La última reunión se remonta a octubre de 2007, cuando el entonces Ministerio de Agricultura intentó consensuar por última vez un documento en una reunión mantenida entre comunidades autónomas, agricultores y colectivos ecologistas. Según el director general de Industria y Mercados Alimentarios, la última propuesta sobre la mesa llegaba a proyectar una franja sin cultivar de hasta 200 metros entre cultivos transgénicos y convencionales, "mucho más incluso de lo que plantean los estudios científicos", señaló a este periódico por teléfono. Pero no hubo acuerdo. "Esa distancia", añadió Mombiela, "plantea problemas en especial en las zonas de cultivo pequeñas" para las que la franja supone un mayor sacrificio. Sin embargo, para el responsable de transgénicos de Greenpeace, presente en la comisión, Juan Felipe Carrasco, el motivo del desacuerdo no fue la cuestión de establecer una separación determinada: "Estar a favor de la coexistencia es lo mismo que estar a favor de los transgénicos, salvo bajo condiciones muy especiales. Por eso nos opusimos". En Europa, las distancias entre maíz transgénico y convencional en vigor en los estados miembro varían de los 70 metros en Holanda hasta los 400 de Luxemburgo y Hungría (donde puede aumentar hasta 800 metros en algunos casos). Pero los 200 metros del último borrador español es la propuesta más frecuente, según fuentes de la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea. Francisco Mombiela afirma haber observado, al respecto de la coexistencia de cultivos, "una pérdida de interés por el beneficio de una norma de carácter nacional".
Mientras, asociaciones de productores como AGMPE ya ha pedido a la Comisión Europea que autorice una nueva variante de maíz transgénico, el maíz RR, un antiherbicida.
El campo europeo sigue siendo un oasis antitransgénico en un mundo que cada vez cultiva más organismos modificados genéticamente. Aun así, su cultivo no ha dejado de crecer desde que en 1997 la UE levantó la prohibición a algunas pocas variedades. Es el caso del maíz BT (una variedad antiinsectos), destinado a la fabricación de piensos y en el que España se lleva la palma: 7 de cada 10 hectáreas sembradas en Europa se encuentran en suelo español. En concreto, 75.148, lejos de las 21.174 de Francia o las 5.000 de la República Checa, siguientes en la clasificación.

El dinosaurio que usaba plumas para aparearse

El fósil, de hace 160 millones de años, ha sido descubierto en Mongolia
El dinosaurio Epidexipteryx escribe hoy "un nuevo capítulo en la historia temprana de los pájaros", según los editores de la revista Nature, donde se presenta el hallazgo. Del tamaño de una paloma y unos 160 gramos de peso, Epidexipteryx tenía el cuerpo cubierto de plumas, incluidas cuatro de cola muy largas, parecidas a cintas. Pero no podía volar, porque sus alas carecen de las plumas de contorno para el vuelo típicas de las aves.
Esto lo distingue de otros dinosaurios parecidos a pájaros descubiertos previamente, como Microrraptor. Y desde luego del popular Archaeopteryx, visto antiguamente como un eslabón entre los dinosaurios y las aves, pero considerado hoy más bien como un pájaro de pleno derecho. El fósil está tan bien conservado que ha permitido a los científicos observar todas estas características de modo fiable.
El dinosaurio emplumado vivió en el jurásico medio-tardío, hace unos 160 millones de años, en la actual Mongolia interior. Fucheng Zhang y sus colegas de la Academia China de Ciencias, en Pekín, que lo presentan hoy en Nature, lo han bautizado Epidexipteryx hui. La primera palabra puede traducirse como alarde de plumas, y la segunda es un homenaje a Yaoming Hu, un paleontólogo chino muerto de forma prematura.
Las plumas de cola alongadas son un componente normal del plumaje ornamental de las aves actuales. Se usan para mandar señales visuales, sobre todo durante los rituales de apareamiento. "Es muy probable que Epidexipteryx usara sus plumas de cola para el apareamiento, y no para el vuelo o para protegerse del frío", dicen los científicos chinos. "Esto indica que las plumas aparecieron antes como ornamento que como instrumento de aislamiento o de vuelo durante la evolución de las aves".

jueves, 16 de octubre de 2008

La ecología sucumbe a la economía

La crisis da un respiro a Kioto a corto plazo, pero que nadie se engañe: aparca decisiones clave

Hace un año, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, repetía que en unos meses convocaría una conferencia de presidentes autonómicos para abordar el problema del cambio climático. ¿Se acuerdan de esa reunión? No, no se acuerdan. Nunca se celebró.
Hace un año, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, repetía que en unos meses convocaría una conferencia de presidentes autonómicos para abordar el problema del cambio climático. ¿Se acuerdan de esa reunión? No, no se acuerdan. Nunca se celebró.
La Junta de Andalucía tiene previsto reformar hasta siete leyes ambientales para "agilizar el desarrollo de actividades económicas". Se trata de facilitar la actividad económica en algunos parques naturales y autorizar con mayor rapidez campos de golf "de interés turístico".
Hay más ejemplos. Y en todo el mundo. En diciembre del año pasado en la Cumbre Mundial del Clima de Bali el ministro alemán de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, pedía al mundo valentía para "reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 50%". Ahora Alemania insiste en que para sus empresas sería muy complicado cumplir el objetivo de reducir las emisiones un 20% que pactó la Unión Europea para 2020 y que limitar por ley las emisiones de los coches hundirá la industria del automóvil.
Una decena de países de la Unión considera que no es el momento de aprobar el ambicioso plan de reducción de emisiones y fomento de energías renovables pese a que en sólo un año la ONU debe aprobar un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto y que, sin el empuje de la UE, el acuerdo está prácticamente abocado al fracaso. El secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, afirmó ayer que España apoya la propuesta de la Comisión para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: "No sólo es compatible la lucha contra la crisis financiera y la del cambio climático sino que no reducir las emisiones agravaría la primera".
La tormenta económica perfecta (crisis financiera, explosión de la burbuja inmobiliaria, aumento del paro e inflación) ha hecho que el cambio climático y el medio ambiente queden, si no aparcados, sí lejos de las prioridades de los gobiernos. La paradoja es que los efectos de esta relajación normativa no se verán a corto plazo -la crisis puede llegar a ser buena para el medio ambiente- sino en unos años.
Hay muchos factores por los que un ecologista se podría alegrar de la crisis. El consumo de gasolinas en España en los primeros ocho meses del año bajó un 6% respecto al mismo periodo del año anterior, según datos del Ministerio de Industria. Red Eléctrica de España asegura que el consumo de electricidad entre enero y octubre ha subido sólo un 2% (durante años el ritmo de crecimiento ha sido muy superior). Las emisiones de CO2 del sector eléctrico en agosto fueron un 21% inferiores a las del mismo mes de 2007 (datos de WWF/Adena).
Esto, unido al hundimiento en el consumo de cemento (un 18,6% menos hasta agosto), la bajada en la producción del ladrillo, cerámica y demás industria auxiliar de la construcción, gran consumidora de energía, hace presagiar un buen año de emisiones de gases de efecto invernadero. Además, el aumento del precio de la tonelada de CO2 emitida hace que no sea tan atractivo quemar carbón. Todo sopla a favor de la reducción de emisiones después de años de mala nota (España emite un 50% más que en 1990 y es el país desarrollado que más se aleja de Kioto).
Por otra parte, el fin de la burbuja inmobiliaria ha salvado valiosos enclaves del ladrillo. El Gobierno de Murcia, del PP, desprotegió por ley un parque natural en la costa para construir una ciudad de vacaciones sólo comparable a Marina d'Or. Se llamaba Marina de Cope y, aunque oficialmente sigue adelante, nadie cree que las constructoras y cajas de ahorros que lo impulsan tengan capacidad en este momento para construir las 11.000 viviendas, 22.000 plazas hoteleras, cinco campos de golf y una marina interior artificial con 2.000 amarres, que están previstas en el plan.
El grupo estadounidense Harrah's ha renunciado a construir el Reino de Don Quijote (casinos, hoteles como en Las Vegas...) en Ciudad Real y la suspensión de pagos de la inmobiliaria Martinsa-Fadesa evitó la construcción de una estación de esquí con miles de casas en el Pirineo de Lleida.
Los planes de miles de viviendas en zonas de costa vírgenes o en la montaña sólo existen (de momento) en la imaginación de sus promotores y alcaldes.Es decir, la crisis ha dado un respiro a los ecologistas y a la Fiscalía de Medio Ambiente. En el tema del cambio climático, la reducción del consumo -unido a las políticas de fomento de renovables de los últimos años y que ya son más que evidentes- hace que, por primera vez en muchos años, en 2008 España pueda presentar resultados alentadores de reducción de emisiones de CO2. Estos gases se acumulan en la atmósfera, retienen parte del calor y calientan el planeta.
El ex presidente del Congreso y profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, Manuel Marín, afirma que "sería un error ahora dejar de lado las políticas de lucha contra el cambio climático". "Si disminuye el consumo de energía y el transporte y la gente gasta menos se puede dar el equívoco de que durante unos años dé la impresión de que vas en la buena línea, pero eso significaría enmascarar la realidad". Marín añade que esgrimir ahora los problemas de competitividad de la industria para frenar la inversión en renovables o las trabas a los sectores más contaminantes "discriminaría a las empresas que sí se han adaptado y han reducido sus emisiones".
"No deberíamos apartarnos de la lucha contra el cambio climático. Si hay algún sector que tiene futuro y si queremos pasar del ladrillo y la construcción a sectores de innovación y desarrollo las energías renovables son la apuesta", afirma Ladislao Martínez, responsable de energía en Ecologistas en Acción: "Cuando España va a China no vende informática sino parques eólicos. Eso es gracias a la inversión de estos últimos años. Hay que seguir esa línea".
Pero las renovables son más caras que la quema de carbón, por ejemplo, elevan el precio de la luz y la inflación. Y con medio millón más de parados en el último año en España y con la inflación vinculada al precio de la energía la tentación de cualquier gobernante es esperar a momentos mejores.
Los presupuestos del nuevo ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino suben un 0,9% respecto a la suma de sus dos predecesores: Agricultura y Medio Ambiente, muy por debajo de la inflación. El Gobierno acaba de reducir las primas a la energía solar fotovoltaica, que vivía una explosión excesiva gracias al sobreprecio que todos los españoles pagaban en el precio de la luz. El recorte fue apoyado por todos salvo por los productores de paneles solares.
La situación se repite en todo el mundo. La Agencia Internacional de la Energía redujo hace una semana sus previsiones de crecimiento de la demanda de energía hasta el menor nivel desde 1993. El temor es generalizado. Hace dos semanas el ex primer ministro británico Tony Blair pidió en Madrid que "el medio ambiente no sea una víctima colateral de la crisis financiera". La economía va ligada al consumo de energía y éste a las emisiones de gases de efecto invernadero. El mérito no es reducir las emisiones en épocas de recesión sino hacerlo en momentos de bonanza económica. Y el riesgo es que los gobiernos se amparen en las buenas cifras y que cuando la economía se recupere los coches sigan contaminando igual y las fábricas no hayan mejorado su eficiencia. Que no hayan cerrado las suficientes plantas contaminantes ni se haya invertido en tecnología.
Además, si baja el consumo de petróleo baja el precio y las energías renovables no son una inversión tan interesante. Por eso Nicholas Stern, autor del principal informe sobre el impacto económico del cambio climático y del coste de no afrontarlo, pedía hace dos semanas que si el precio del petróleo sigue bajando (está en 74 dólares y llegó a los 150) los gobiernos deberían ponerle un impuesto para reducir su uso y estimular las energías limpias.
Jordi Ortega, director de Expo CO2, una feria sobre los mercados de carbono, y coordinador de un programa de economía y cambio climático en la Universidad de Barcelona, no cree que haya ya marcha atrás: "Los activos tóxicos hoy son los de la economía alta en carbono. Invertir en una economía más limpia reduce la dependencia del petróleo y eso interesa a todos los países ricos".
Los partidarios de mantener la lucha contra el calentamiento global a pesar del coste a corto plazo insisten en que la crisis financiera es coyuntural y la ambiental es estructural. "La crisis económica está aquí un día y al siguiente ha desaparecido; la del cambio climático estará siempre y hay que afrontarla", declaraba hace unos días el comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas. Aseguran también que los costes de no hacer nada son mucho menos visibles pero comparables. Un estudio encargado por el Gobierno alemán y presentado el viernes pasado en el Congreso de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) en Barcelona señalaba que sólo la deforestación tiene un coste anual de "entre dos y cinco billones de dólares, más que lo que ha supuesto el colapso de Wall Street". Sostienen que no hay dilema entre medio ambiente y economía. Pero muchos gobernantes no lo ven así.

viernes, 10 de octubre de 2008

Las primeras nieves en Islandia

Los satélites de la ESA captan un país 'blanco'

La imagen muestra la isla de Islandia bajo el manto blanco dejado por las primeras nieves de la temporada. Islandia, localizada en el Atlántico Norte y al este de Groenlandia, es el país situado más al oeste del continente europeo.

Más del 11% de la isla son glaciares. El glaciar Vatnajokull (al sureste, donde, tal como se aprecia en la fotografía, la zona blanca es más destacada) se extiende a lo largo de 8.000 kilómetros cuadrados y el grosor del hielo llega hasta los 900 metros en su punto más profundo. Se trata del glaciar más grande de Europa.

Reykjavik, la capital, se sitúa al suroeste. Con una población de más de 100.000 habitantes, tiene el mayor puerto y área comercial del país. Además de poseer numerosos e importantes glaciares, Islandia es también tierra de volcanes, lagos, lava y más de 800 fuentes termales. Reykjavik significa en islandés 'bahía humeante' y fue llamada así precisamente por el vapor que desprendían esas fuentes termales.

Esta imagen del satélite Envisat de la Agencia Espacial Europea (ESA) fue captada con el Espectrómetro de Imágenes de Resolución Media (MERIS, en sus siglas en inglés). ELPAÍS.com publica cada jueves una nueva foto enviada por la ESA. Así, los lectores pueden contemplar las mejores imágenes del planeta azul desde el espacio gracias a la red de satélites europeos.

martes, 7 de octubre de 2008

ENTREVISTA: DANIEL PAULY oceanógrafo


"Si no se hace algo, el atún será la próxima especie en caer"
El pescado es un alimento cada vez más popular, pero también más escaso. Desde 1950, su consumo en todo el mundo se ha multiplicado por cinco. Sin embargo, el mar no puede dar respuesta a tanta voracidad. El 90% del daño que sufren nuestros mares y océanos se debe a la sobrepesca, explica el biólogo Daniel Pauly, director del Centro de Pesquerías de la Universidad British Columbia de Canadá, que ayer recibió el IV premio Ramón Margalef de Ecología que concede la Generalitat de Cataluña.
Calificado por la revista Scientific American como "uno de los 50 científicos más influyentes", Daniel Pauly es una autoridad mundial en el estudio del declive de las reservas pesqueras y la respuesta de los ecosistemas ante la presión humana. Las grandes flotas han arrasado hasta los caladeros más recónditos y han desmontado el equilibrio del ecosistema marino. Los mercados de los países desarrollados demandan, sobre todo, grandes depredadores como el bacalao o los túnidos. "Si no se hace algo, el atún será la próxima especie en desaparecer", afirma taxativo Pauly.
Critica los subsidios pesqueros, que no hacen más que legitimar una pesca que dedica demasiados recursos para capturar poco pescado. "Si ofreces subsidios, resulta rentable continuar pescando".
Daniel Pauly defiende la pesca artesanal y el consumo de especies más pequeñas y abundantes, como la anchoa. Y cree urgente establecer reservas marinas efectivas. Un 10% de los bosques están protegidos. Tan sólo un 0,7% de los mares lo está, apunta. Así las cosas, propone crear reservas marinas, y "una caja negra" en los barcos que permita detectar y penalizar su actividad en estas zonas. Concluye que la crisis del sector ofrece una oportunidad para repensar la pesca en todo el mundo.

La comunidad científica alerta de una extinción masiva de mamíferos


Una de cada cuatro especies corre peligro por la desaparición del hábitat y la caza

Uno de cada cuatro mamíferos, entre ellos el demonio de Tasmania o el lince ibérico, está en peligro de extinción. Y lo está principalmente por la desaparición del hábitat, la caza y la pesca. O lo que es lo mismo, la acción del hombre. Es la dramática realidad que retrata la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), presentada ayer en Barcelona durante el Congreso Mundial de la Naturaleza.
En el planeta existen cerca de 5.500 especies de mamíferos, de las que 1.141 están amenazadas. Y 188 de forma muy crítica, según la UICN; entre ellas el lince ibérico. "Las especies calificadas como críticamente amenazadas tienen muchas probabilidades de extinguirse", afirma Jan Schipper, principal autor del estudio.
Actualmente, entre España y Portugal habitan entre 63 y 143 linces ibéricos adultos. Su declive comenzó cuando una enfermedad infecciosa acabó con su principal alimento, el conejo europeo. La caza ilegal, la pérdida de su hábitat y la fragmentación del territorio -muchos mueren atropellados- han hecho el resto.
De hecho, para el 40% de los mamíferos amenazados, el principal peligro es la desaparición del hábitat. En el 17 % de los casos, se debe a la caza o la pesca. Schipper cree que la solución pasa por una mayor educación, así como por "dedicar más recursos a la conservación y a la investigación".
El estudio ha permitido descubrir 700 nuevas especies de mamíferos. También comprobar que al menos 76 se han extinguido desde el año 1500. Los resultados aparecen también publicados en la revista Science. Aunque la lista se publica cada año, desde 1996 no se había hecho ningún estudio de este tipo. La pérdida de especies coincide con las zonas del planeta con mayor deforestación.
El estudio dibuja un panorama negro con muy con pocos motivos para la esperanza. Sólo un dato. Apenas un 5% de las especies amenazadas muestra algún signo de recuperación. "Más allá de las cifras nuestra información tiene que utilizarse para que, por ejemplo, el Banco Mundial vea cuál es la repercusión de las políticas agrarias sobre el suelo", apunta Holly Dublin, representante de UICN.
Al borde de la extinción se encuentran 37 especies de primates. "Llevan tres generaciones en declive", según Schipper, por la caza furtiva, la desaparición de los bosques donde habitan y su aislamiento. El demonio de Tasmania también afronta momentos críticos, ya que un cáncer ha cercenado su población en un 60%.
Proporcionalmente, los mamíferos marinos corren aún mayor riesgo de desaparecer. Más de una tercera parte, un 36%, se encuentra en peligro de extinción. Schipper pone como ejemplo al delfín del río Yangtsé, en China, del cual hace años que no se ve ningún ejemplar.
La lista roja no sólo se centra en los mamíferos. Habla de otras 16.928 especies amenazadas. Corre peligro una tercera parte de los reptiles y de los anfibios. Entre ellos, el sapo de Holdridge, de Costa Rica: el último se vio en 1986. En España hay una buena noticia, la reaparición en el 2007 de varios ejemplares de lagarto gigante de La Palma, en Canarias, considerado extinto hacía 500 años.

lunes, 6 de octubre de 2008

Uno de cada cuatro mamíferos está en peligro de extinción

El lince ibérico se encuentra entre las especies amenazadas "críticamente"

El 38% de las especies animales del planeta se encuentran amenazadas, mientras que uno de cada cuatro mamíferos corre el riesgo de desaparición total, según la lista roja elaborada por expertos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que han llegado a esta conclusión tras evaluar a un total de 44.838 especies. La desaparición de los hábitats naturales de los animales y la caza furtiva son los principales culpables de la situación de vulnerabilidad del 25% de los mamíferos, porcentaje que podría llegar hasta el 36% si se suman las especies (algo más de 800) sobre las que no existe información suficiente para lanzar una predicción.
Este estudio, presentado durante el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN que se celebra estos días en Barcelona, alerta en especial sobre la situación de los mamíferos, ya que se ha llevado a cabo la evaluación más completa de estos animales realizada hasta ahora.
El director del programa de evaluación de mamíferos de la UICN, Jan Schipper, ha destacado que el estudio, el primero que se realiza desde 1996, muestra que 188 mamíferos se encuentran en la categoría de amenaza máxima, en peligro crítico de extinción, entre ellos el lince ibérico. También figuran el gato o felino pescador de Asia, amenazado por la reducción de su hábitat, la foca del mar Caspio y el ciervo del padre David, nativo de China.
La reconversión de la sabana en zonas dedicadas a la agricultura está amenazando también a los primates, mientras que la caza incontrolada es el principal peligro para la mayoría de los mamíferos en Asia.