miércoles, 22 de abril de 2009

Rayos en el volcán Redoubt

Primeros datos de la actividad eléctrica en una erupción

En las erupciones volcánicas hay un aspecto que se conoce muy mal. Es la actividad eléctrica dentro de la columna de gas y material sólido emitida, que da lugar a descargas en forma de rayos, similares a los de una tormenta. Aprovechando que se pudo prever con cierto tiempo la actual erupción del volcán Redoubt, en Alaska, se instalaron en las cercanías cuatro detectores de rayos portátiles. Es la primera vez que estos detectores se instalan antes de una erupción.
El Redoubt inició su erupción el 22 de marzo pasado y hasta la fecha ha habido 19 fenómenos explosivos, el más fuerte de los cuales se produjo el 4 de abril. La columna volcánica se ha observado hasta los 15 kilómetros de altura. Se han localizado 1.700 pequeños terremotos y la mayor molestia para la población ha sido la caída de cenizas, aunque también ha habido avalanchas de fango que han causado problemas en instalaciones industriales.
Un detector de rayos portátil, como los que ya se utilizan con fines meteorológicos, puede cartografiar miles de segmentos individuales de un solo rayo. Estos datos se analizan después para conocer cómo se inicia el rayo y cómo se propaga a través de la nube volcánica. "Los datos nos permitirán comprender mejor la estructura de carga eléctrica dentro de la nube", ha comentado Ron Thomas, de la institución New Mexico Tech. "Así sabremos cómo se electrifica la nube y cómo evoluciona en el tiempo".
Según Bradley Smull, director de programas en la National Science Foundation, que ha financiado la investigación, la información dará a los científicos nuevos conocimientos sobre los mecanismos eléctricos, tanto en las nubes de volcanes activos como en las tormentas. Los científicos de New Mexico Tech trabajan con otros de la Universidad de Alaska en Fairbanks y con el Observatorio de Volcanes de Alaska.
"Redoubt ha sido el laboratorio perfecto", ha comentado el físico Paul Krehbiel. "Hizo erupción cuando debía y nos avisó dos meses antes. La actividad eléctrica en forma de rayos que hemos detectado es tan fuerte como la que vemos en grandes tormentas del medio oeste de Estados Unidos. Interfirió en las transmisiones de televisión por VHF".
Los cuatro detectores están situados cercanos al volcán, y son cuidados por habitantes de la zona. Uno está en la casa de un profesor, otro en una estación de bomberos, otro en un hotel y el último en una escuela. Además se dispone de los datos recogidos en 11 estaciones sísmicas de la zona, y dos estaciones de radar.

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